Imágen y nota cedida por Carlos Gerster, Cañada de Gómez, Santa Fe.
“EL STRATOSPHERE”
Cuando vi el plano en un Model Airplane News, allá por 1947 no pude resistir la tentación de construirlo…
Se trataba de un modelo a goma, el “Stratosphere”, hélice plegable, hermosas líneas y pinta de volador, con una particularidad que me atrajo sobremanera: El fuselaje era de sección redonda, con múltiples cuadernas e innumerables varillitas que lo conformaban. Un verdadero desafío para cualquier aeromodelista.
Poco tiempo después lo tenía listo y con un grupo de amigos nos fuimos al Aero Club local. Para quienes lo conocen les comento que era bastante más grande que en la actualidad y no había ninguna plantación como ahora. Nos ubicamos a unos 500 mts, hacia el norte, armamos con cuidado, e hicimos la primer prueba con muy pocas vueltas. No encendimos la mechita, ¿Total para que? Si era un primer vuelo… De inmediato enganchó una fuerte térmica tomando una altura impresionante con rumbo sud oeste, corrí como loco hasta que lo perdí de vista. Cuando llego a la zona de hangares me encuentro con Rómulo Amadío quien era por aquel entonces instructor del Club. - ¿Qué te pasa pibe…? Me preguntó al ver la desesperación en mi rostro. Tras breves explicaciones me dijo – Subí al Piper que lo buscamos…
Al rato estábamos volando en dirección al viento. Dimos unas cuantas vueltas pensando que habría bajado más o menos cerca y a pesar de los esfuerzos no lográbamos verlo por ningún lado. Nos fuimos alejando poco a poco de la ciudad hasta que Amadío – que afortunadamente tenía vista de lince- gritó– Alla está!!! El Stratosphere volaba hermosamente a casi 400 mts. de altura… y a unos 20 Kms. de Cañada. El tema era lograr que se desenganchara de la térmica cosa que logró Amadío después de unas cuantas pasadas con aceleradas del motor. Temí varias veces que lo agarrara con la hélice del Piper. Incluso pensé que podría romperse en el aire ya que cuando miraba hacia atrás tras cada “ataque” lo veía sacudirse peligrosamente. Seguramente las pasadas le desacomodaron algo pues empezó a bajar en círculos bastante cerrados aterrizando en un potrero.
Pocos minutos después bajamos con felicidad en el mismo campo, muy cerca del modelo que estaba intacto.
Este relato puede parecer intrascendente, pero les aseguro que para mí resultó inolvidable.
En la foto adjunta podrán ver al “Stratosphere”. Me acompañan otros aeromodelistas cañadenses de aquella época: Arfinetti, Fiadino,Tait y Maranges , todos de rigurosas corbata!!! Que tiempos aquellos…
Sirvan también estas palabras como emotivo recuerdo hacia ese experto piloto y gran señor que se llamó Rómulo Amadío, fallecido años después en un accidente de helicóptero.
Carlos L. Gerster
S.A.M.A Nº 14